Aprender a escuchar



por Javier Alejandro Joison

Mucho se habla de la importancia de las competencias genéricas, pero hay muy poca claridad a la hora de organizarlas y sistematizarlas para su enseñanza/aprendizaje. La clave está en cómo entrenar especialmente a profesores, alumnos, desempleados y trabajadores para que puedan desarrollar su potencial de creatividad, innovación, liderazgo, emprendimiento, talento y empleabilidad.



Veamos esto en un caso concreto: LA ESCUCHA

4 PASOS PARA APRENDER LA COMPETENCIA DE LA ESCUCHA.

Paso 1. Preparación, conocimiento y estado de ánimo.

Antes de iniciar una escucha efectiva de la otra persona, tenemos que asomarnos a su mundo (buscar información, analizarla, conocer cómo es para conectarnos y hablar a sus intereses e inquietudes …); obteniendo así respuestas a las siguientes preguntas: ¿Cómo es? ¿Cómo piensa? ¿Cuál es su pasado? ¿Qué creencias tiene? ¿Cuáles son sus costumbres? ¿Cuáles son sus prácticas sociales? ¿Qué inquietudes tiene? ¿Qué espera del futuro?…

Además hay que buscar el momento y lugar oportunos para la conversación (habla y escucha son realidades indisociables), o en su caso crear el espacio para que la escucha sea efectiva.

Paso 2. Sintonización: aceptación y apertura al cambio.

Aceptar que la otra persona es diferente, tiene legitimidad para pensar y actuar de manera distinta, y partir de una postura de respeto mutuo en el amplio sentido de la palabra. Apertura a la transformación. Permitir que la palabra de la otra persona me pueda cambiar (de punto de vista, de planteamiento, de manera de pensar…), que me abra a nuevas posibilidades, a lo que no veía, aceptar que a través de la escucha pueda salir diferente a como entré.

Paso 3. Empieza la escucha.

Una vez que hemos cumplido con las premisas anteriores iniciamos el proceso de escucha y las normas por las que nos vamos a regir son no interrumpir, no contar tu historia, no rebatir, no juzgar. En la escucha se obtiene una interpretación de las intenciones de la persona que me habla y me hago cargo de sus inquietudes.

Paso 4. Finaliza la escucha.

Aunque como se sabe existe una brecha insalvable entre lo que una persona dice y lo que otra escucha, el foco de la acción hay que ponerlo en que ese espacio sea lo más pequeño posible, para eso, al finalizar el proceso es saludable comprobar si lo escuchado se ajusta a lo que el interlocutor quiso decir: “De lo que me dijiste esto entendí, confirmame si estoy en lo cierto, y si no es así aclarámelo”.

LAS COMPETENCIAS GENÉRICAS NO OPERAN SOLAS.

Tras la escucha se esconden conocimientos, habilidades, actitudes, valores y otras competencias que son indisociables. Hablar; pedir; formular preguntas adecuadas; reportar, buscar, seleccionar, procesar, evaluar y tomar una posición frente a la información; conferir sentido y criterio a la acción; crear diferentes alternativas; tomar decisiones, asumir, entendimiento, respeto, cooperación, confianza, autocontrol, concentración, organizar, visualizar, inspirar, proponer alternativas, planear, identificar estados de ánimo y emociones, reconocer emociones propias y ajenas. Las competencias genéricas conforman un conjunto de valores éticos para la vida que configuran los pilares básicos de la educación (SABER SER, SABER CONOCER, SABER HACER, SABER CONVIVIR).

Una vez que ingresamos en esta lógica, en el dominio de la escucha, podemos desarrollar excelencia en un proyecto emprendedor (escuchar lo que la gente necesita y construir una oferta exitosa), de liderazgo (escuchar las aspiraciones de una comunidad para congregarla en torno a una causa), de empleabilidad (escuchar lo que la empresa necesita para brindarle una solución).

PONER LAS COMPETENCIAS GENÉRICAS AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN Y EL EMPLEO.

Las competencias genéricas y su entrenamiento son imprescindibles para el desarrollo de la empleabilidad de los trabajadores del siglo XXI, en tanto premisa necesaria para que la creatividad, innovación, liderazgo, emprendimiento, talento y empleabilidad, sean accesibles a cualquier ciudadano. Cómo operan las competencias genéricas. Las competencias genéricas tienen valor cuando el individuo las aprende organizadamente para alcanzar un propósito (hacer un proyecto, desarrollar una profesión). Su aplicación y valor se obtiene cuando se aprenden y practican, por tanto se entrenan, de nada sirven si se adquieren como conocimientos teóricos. La adquisición de una competencia en su nivel más básico implica que una persona pueda organizar y poner en juego sus recursos para resolver una tarea. En definitiva, el propósito es que cada persona enfoque sus competencias en el propósito de construir su propio proyecto vital.

No hay tiempo que perder. Conversemos!!!

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