¿A esta edad...?



Por Mariano Rovatti

“…A la vejez viruela…” Muchas veces escuchamos comentarios negativos sobre aquellas personas que se animan a grandes proyectos en la madurez. Detrás de ellos hay creencias limitantes generadas por una cultura que idealiza la juventud, y una dosis de envidia por no poder animarse a lo mismo.


Estar viejo para…no es más que un juicio de dudoso fundamento. ¿Quién lo determina? Formar una pareja, abrir un emprendimiento comercial, cambiar de trabajo, mudarse, iniciar una carrera universitaria, preparar un viaje, dedicarse a un hobby… suelen ser proyectos que vamos postergando por distintos motivos o excusas (“no están dadas las condiciones”) hasta que al final nos resignamos, porque creemos que ya es tarde.

Cuando pensamos así, le damos un lugar preponderante a nuestras creencias limitantes, forjadas al calor de modelos mentales instalados por la cultura que nos rodea. Esta idealiza a la juventud, o a su aspecto fisiológico, como a la única posibilidad de triunfar en el amor, los negocios, el disfrute y la felicidad. A través de la publicidad, y otros mecanismos de difusión cultural, nos creemos que si tenemos juventud tenemos todo, y si la perdemos, perdemos todo también. Concientemente o no, identificamos vejez con soledad, enfermedad y muerte.

Basta recordar que en nuestra juventud hemos sufrido y tenido carencias, para empezar a refutar este juicio. Y que con la madurez hemos adquirido todo tipo de recursos para terminar de desecharlo. La edad no es motivo para acelerar o ralentar procesos. No es requisito sustancial para iniciar o cancelar proyectos. En cada etapa de la vida vamos a tener algún tipo de recursos. Seguramente contaremos con más energía en la juventud y con más experiencia en la madurez.

Si miramos bien a nuestro alrededor veremos que son muchas las personas, que no sólo se animan a hacer cosas en la madurez, sino que alcanzan sus máximos logros en esa etapa. Más allá de nuestros círculos y como inspiración, podemos tomar a algunos de estos casos:

Morgan Freeman ganó su primer Oscar a los 67 años

José Saramago publicó su primer best seller (la novela Tierra de pecado) a los 58 años

Winston Churchill accedió a ser Primer Ministro de Gran Bretaña a los 66 años

Giuseppe Verdi estrenó su máxima obra Otelo a los 74 años

Sam Walton fundó el primer local de Wal Mart a los 40 años

Henry Ford creó el Ford T a los 45 años

Nelson Mandela fue electo Presidente de Sudáfrica a los 76 años

Charles Darwin dio a conocer su teoría El origen de las especies a los 50 años

A los 54 años, Ray Kroc compró una marca desconocida –Mc Donald’s- y luego la convirtió en líder mundial.

Vincent Van Gogh agarró por primera vez un pincel a los 27 años

Harrison Ford empezó a los 35 años su carrera de actor, dejando el oficio de carpintero.

La escritora afroamericana Toni Morrison, Premio Nobel de Literatura, publicó su primer libro Ojos azules a los 40 años

A los 40 años, King Gillette inventó la máquina de afeitar, que fue un fracaso de ventas en el primer año.

Carolina Herrera organizó su primer desfile de modas a los 42 años

Roberto Gómez Bolaños comenzó su primer éxito televisivo -El Chavo- a los 42 años

Otro aspecto a considerar es que cuando dejamos de encarar desafíos por la edad, estamos poniendo foco en las condiciones externas, y ello constituye una excusa para no hacer. Al creer que por no ser jóvenes perdemos oportunidades, concebimos que ellas vienen de afuera, cuando en verdad, somos nosotros quienes las creamos a través de nuestras acciones.

También hay que tener en cuenta cuáles son las emociones que se despiertan frente a la edad. El miedo y el rechazo son las más frecuentes, y nos predisponen a resignarnos frente a nuevos proyectos. Basta intentarlos para comprobar que proyectos nuevos generan emociones nuevas.

Cuando tenemos proyectos, la edad es un dato estadístico. No se refleja en nuestra mente ni en nuestro corazón. Llevar adelante un proyecto y marchar tras un sueño, además de desmentir los modelos mentales recibidos, suelen tener un contundente efecto rejuvenecedor.

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