Cómo funciona un líder desconfiado



Por Bernardo Stamateas

La desconfianza es un elemento útil que nos permite analizar situaciones, personas, etc., con el fin de ser cautos a la hora de tomar buenas decisiones. En un extremo se encuentra el "desconfiado crónico". La paranoia es un patrón estable, inflexible, exclusivo que perdura en el tiempo.



¿Cómo funciona el líder hiperdesconfiado?

Su liderazgo gira en torno al hecho de que existe una amenaza constante porque siente temor de ser perjudicado. Se trata de una idea inconsciente que lo conduce a creer que "algo malo sucederá".

Estas son algunas de sus principales características:

.Tiene una sensación de amenaza permanente.

.Desconfía incluso de personas cercanas.

.Es incapaz de trabajar en equipo.

.Ejerce el control de la gente a su cargo.

.Muestra una gran dosis de individualismo.

.Genera tensión.

.Su actitud es siempre defensiva.

.No puede delegar nada en otros (concentración de poder).

.Acumula información.

.Provoca peleas entre su gente.

.Lleva a los suyos a la disolución o al estancamiento.

La mujer líder desconfiada tiene las mismas características mencionadas anteriormente y además es rígida, autoritaria y orgullosa (la clásica mandona). Muchas veces no puede reconocer dichos rasgos en ella. Analiza racionalmente todo, toma decisiones y suele confrontar a la gente. Considera a los demás como inútiles, razón por la cual ella hace "todo por todos". Muestra una imagen fuerte ante los otros, nunca pide ayuda y oculta su dolor o su tristeza. Sus celos son patológicos.

Ser desconfiado resulta funcional cuando el contexto lo requiere. Por ejemplo, ir caminando por la calle a la madrugada y darnos cuenta de pronto de que alguien nos está siguiendo. El contexto puede aumentar o disminuir la señal de alarma o peligro frente a una amenaza. Pero hay ciertos casos en los que la desconfianza se dispara automáticamente. Cuando una persona sufre una agresión, un robo, o alguna experiencia dolorosa de este tipo, es lógico que durante un tiempo se active la hipervigilancia. Entonces siente que perdió el control y la seguridad y eso la lleva a ser desconfiada y estar sensible. Se trata de un proceso normal y tiene fecha de vencimiento. El problema surge cuando esto se transforma en un estilo de vida. Cuando uno no logra sanar determinados desengaños y heridas, su estilo predominante es pensar que "todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario".

Podríamos hablar en el otro extremo del "crédulo crónico" que le cree a cualquiera y a cualquier cosa (pero este tema lo dejaremos para otro artículo).

Todos los seres humanos tenemos una dosis de confianza y de desconfianza, la cual se hace evidente a través de la empatía o la antipatía. Quien construye una relación de empatía, será capaz de confiar; quien construye una relación de antipatía, tarde o temprano terminará desconfiando del otro.

Uno de los dolores más grandes tiene lugar cuando se quiebra la confianza en una relación. La confianza es el pegamento afectivo que nos une al otro. Tarda años en construirse y minutos en derribarse. La confianza inteligente está basada en el "confío pero verifico", no solo en las palabras que el otro dice sino también en sus acciones, el actuar en consecuencia. Hay una congruencia entre lo que uno dice, lo que expresa y lo que vive. Cuando un líder es hiperdesconfiado está en un estado permanente de alerta para descubrir dónde está el "caballo de Troya". Este estado de persecución paradójicamente lo lleva muchas veces a ser más engañado que otras personas. Definitivamente ser un líder hiperdesconfiado no conduce a buen puerto. Un líder que tiene confianza en sí mismo se mueve en sus fortalezas, toma los recaudos correspondientes y conduce al grupo a la meta establecida.

Hay muchas maneras de leer la desconfianza pero el tema no se agota en este artículo, pues la conducta del ser humano es harto compleja y depende de una multiplicidad de factores. ¿Qué acciones generan desconfianza en los vínculos?

Publicado en La Nación

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